24 horas en Sedona

Esta pequeña ciudad de Arizona es abrazada por impactantes montañas rojas que, durante los meses más fríos, quedan cubiertas de nieve creando una estampa inigualable. En su centro tiene una comunidad artística, en la que se puede ver todo el folclor del suroeste estadounidense. Aquí te compartimos una lista de musts para pasar ahí un día entero, pero con un twist: en el invierno.


Por la mañana

En Sedona la temperatura promedio durante el invierno oscila entre 1 y 15 grados, así que para arrancar tu día te recomendamos dos opciones: una juguería con bebidas energéticas o un café popular. En Local Juicery encuentras comida ligera, pero sobre t odo jugos y smoothies con combinaciones poderosas para darte energía durante el día. Si prefieres un desayuno más tradicional, ve a Wildflower Bread Company, en donde puedes seleccionar entre sándwiches de huevo, bowls, frittatas y los infaltables rollos de canela y hot cakes. Eso sí: ve temprano, que el local también es famoso por sus filas.Tu primera parada turística es en el Sedona Arts Center y tiene un doble propósito: visitar este lugar icónico, y conocer sobre la historia y cultura de la ciudad. Aquí encuentras una galería de arte, una tienda de regalos y hasta una proyección digital con la historia de las formaciones rocosas de la región —que verás con tus propios ojos en un par de horas. Si tienes suerte, hasta puedes experimentar una de sus tradicionales colectas invernales, en donde apoyan a distintos proyectos locales mediante la venta de artesanías locales.


Por la tarde

Sedona es sinónimo de sus montañas rojas y cañones. Existen compañías locales como Wildland Trekking o Pygmy Guides que ofrecen caminatas y excursiones, tanto para principiantes como para profesionales. Otra manera de admirar los alrededores es en un paseo en globo. Para esta época del año la naturaleza ya está cubierta de nieve, así que tendrás fotos increíbles. Una opción más es manejar hasta Crescent Moon Picnic Site, en donde no sólo tendrás la vista de las Rocallosas, sino también un lago y vegetación.
Si no estás en el mood de convivir con la naturaleza, pero sí de verla, ve a comer a The Hudson, un autodenominado comedor americano, exclusivo, pero casual, en donde puedes deleitarte las papilas y también las pupilas pues, además de ofrecer cocina fusión, también tiene una vista privilegiada de las montañas. The Hudson también es famoso por su bar. Tienen vinos de todos lados; nuestra recomendación es cerrar la tarde con una copa de Chateau Tumbleweed Willy, un tinto de Arizona.


Por la noche

El Tlaquepaque Arts & Crafts Village es un centro comercial con un look & feel mexico-americano, lleno de tiendas, galerías de arte, restaurantes, actividades culturales, fuentes y vegetación. Es un lugar tan pintoresco que, aunque no vayas a comprar nada, merece la pena visitarlo.
Después de esta parada considera que la ciudad y la estación del año son perfectas para ver las estrellas. La gente de Sedona Stargazing tiene un lugar a 20 minutos del centro de la ciudad con telescopios y astrónomos profesionales que te acercan a galaxias lejanas. Esta experiencia cósmica empieza a las ocho de la noche y dura poco más de una hora, así que te queda tiempo suficiente para disfrutar de la noche. Después de un día lleno de actividad, te mereces una cerveza artesanal en Oak Creek Brewing Company, en donde vas a probar especialidades como la Passion Fruit Kölsch, con un gusto frutal, o la Nut Brown, de cuerpo oscuro y sabor a nuez. Tienen música en vivo cinco días de la semana y comida muy mexicana: quesadillas y tamales, hechos por Tamaliza, el lugar de comida mexicana en Sedona, pues la fundadora del lugar es de Taxco, Guerrero.


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Dónde dormir

L’Auberge de Sedona, a unos cuantos minutos del centro, tiene una espectacular vista de las montañas y un arroyo que da mucha tranquilidad.

Guía práctica

Sedona tiene un aeropuerto pequeño, por lo que te conviene llegar a Phoenix y después manejar dos horas. La ciudad tiene muchos espacios para caminar, pero considera rentar una bicicleta o un coche, pues te facilitan la transportación y ganas tiempo en tu itinerario. Al viajar en invierno evitas las temperaturas extremas pero debes llevar ropa de temporada y vestirte en capas.

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