48 horas en Londres

Cuando visitas Londres, es difícil elegir por dónde comenzar. ¿Los barrios modernos? ¿Los museos? ¿Los hitos arquitectónicos? ¿Las calles inolvidables? Tiene tanto y tan distinto que preferimos iniciar nuestro recorrido por los clásicos del arte.

Por Francisco Pérez

Día 1
En ese sentido, la Galería Saatchi siempre sorprende con sus exposiciones de arte contemporáneo, además de que es el pretexto ideal para pasear por el barrio de Chelsea y tomar el brunch en The Ivy Chelsea Garden, un restaurante sumergido en su propio invernadero que sirve comida ligera tipo toasts, huevos y granolas. Por supuesto, con una buena selección de tés. Pero si lo tuyo son los huevos benedictinos, no te puedes perder los mejores de la zona en The Botanist, una verdadera delicia.
Después de un desayuno de reyes puedes aprovechar para dar una caminata por King’s Road, una calle repleta de tiendas variadas. Algunas de nuestras favoritas son Monica Vinader, joyería contemporánea, y Ash, una zapatería enfocada en los procesos artesanales.
Esta vía te servirá para tomar camino hacia The Victoria and Albert Museum, uno de los museos de arte y diseño más importantes del mundo. Su especialidad son las artes decorativas, pero seguramente encuentras una buena exposición temporal de música o moda.
Dedica un par de horas a esto para después adentrarte en los jardines de Kensington, continuar la caminata hacia el lago Serpentine, visitar el pabellón en turno —que este año fue encargado al japonés Junya Ishigami y el pasado a la mexicana Frida Escobedo— y llegar hasta a uno de los espacios verdes más grandes del centro de Londres: Hyde Park.
Toda esta caminata tiene su recompensa cuando llegues a Mayfair, uno de los barrios favoritos de la ciudad, que alberga un sinfín de hoteles de lujo, restaurantes y tiendas de diseñador. En la calle Cork puedes encontrar galerías de arte si pretendes seguir por esa línea, pero también te puedes ir directo al shopping en Burlington Arcade, un lujoso centro comercial.
Sin importar lo que decidas, guarda energía y sed para tomar un coctel en el legendario Green Bar del Hotel Café Royal, que toma inspiración en las recetas del libro que publicó su bartender en 1937. Ordena un martini clásico o un marteani, un twist infusionado con té y lavanda.


Día 2
Southwark, a orillas de río Támesis, es uno de los barrios más históricos de Londres. En él se encuentran gran parte de los íconos de la ciudad, como el Tower Bridge y el London Bridge. Pasa por ellos, toma la respectiva fotografía y sigue tu camino hacia la primera parada formal: la galería Tate Modern. Sin importar la fecha que la visites, encuentras una maravillosa exposición temporal de arte moderno y contemporáneo, así como múltiples eventos. En tu camino pon especial atención a The Shard, un impresionante rascacielos proyectado por Renzo Piano.
Después de una buena dosis de arte y arquitectura, haz una escala técnica en Borough Market, en especial en Wright Brothers, un restaurante informal para saborear ostras frescas, cangrejo y una copa de vino. Si no eres tan fanático de la comida del mar, dentro del mercado encontrarás otras opciones que van desde comida vegetariana hasta cocina española o incluso
mexicana.
Ya con más energía es momento de partir hacia la zona del London Eye y el fascinante Big Ben, ubicado al final del Palacio de Westminster. Después de contemplar este gran reloj de cuatro caras, es hora de visitar el Palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II. El camino más vistoso es, sin dudas, cruzando por el parque St. James con su lago.
La fachada, las puertas y los jardines de este palacio son en conjunto uno de los lugares favoritos de la ciudad. Los cuartos y salas sólo están abiertos al público de julio a septiembre. Si visitas en estas fechas, puedes aprovechar para ver pinturas de Van Dyck y Canaletto, así como esculturas de Canova y antiguos muebles y adornos de porcelana.
Si tu apetito de realeza ya está satisfecho, puedes seguir sobre la línea del arte y dirigirte al Museo Británico. Decir que podemos pasar horas admirando el Gran Atrio de Isabel II no es una exageración. Otra opción por el rumbo es Liberty London, una tienda departamental de lujo ubicada dentro de un maravilloso edificio de estilo tudor. Sus piezas originales son reconocidas por los estampados florales y gráficos.
Para terminar la noche, la mejor opción es moverse a Piccadilly Circus y West End para cenar algo y ver una obra de teatro. Si fuiste a Londres sin ir al teatro, ¿en verdad estuviste en Londres?


Dónde dormir
Hotel Café Royal. Esta lujosa propiedad disfruta de una incomparable ubicación sobre Regent Street, donde se combina la elegancia de Mayfair, la energía de Soho y la sofisticación de St. James. Quedarse en el Café Royal significa tener la historia, la cultura y el centro de negocios de Londres a un sólo paso. Por ese motivo, durante 150 años, celebridades de la talla de Oscar Wilde, Winston Churchill y David Bowie han encontrado en este hotel, el salón más vibrante de Londres, el lugar para reunirse, conversar y celebrar.

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